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Ojo de Necro

Este relato corto está dividido en capítulos porque en un principio cada uno de ellos representaría una historia aislada e independiente, pero al terminar el capítulo 2, Crion, me di cuenta de que estaba escribiendo una serie. Le busqué un título y redacté un capítulo final a modo de epílogo. Los escribí cuando debía tener 19 años y me encontraba ya cursando mis estudios universitarios.

PALIDONIA

La multitud de satélites naturales que poseía Palidonia hacían que el abrupto paisaje que se extendía ante mis ojos cobrara una belleza inusitada con fantásticas sombras recortadas sobre el agudo relieve. La estructura montañosa que yacía a mis pies era una de las formaciones más bellas de este planeta. Mucho más allá de ella se encontraba la gran llanura central y más a lo lejos aún brillaba con una luz mortecina la capital planetaria: Luxonor, nuestro objetivo. En la capital se ocultaba la persona más despiadada que ha existido jamás: Ojo de Necro. Sus torturas eran bien conocidas por ellos porque habían sido ejecutadas en la carne de sus hermanos. Aniquilación sin sentido, masacre abundante y torturas diarias eran moneda corriente en los pueblos de Palidonia. Le vino a la memoria la última ejecución presenciada: Un técnico en energía másica fue decapitado y mientras la cabeza seguía aun con vida obligada a beber la propia sangre que surgía de su descabezado cuerpo. Fue algo espantoso. Esa era la razón de esta expedición: la aniquilación del terror que hacía ya 4 girondos se había instalado nadie sabe como y había echado raíces en esta tierra maltratada.

Giré media vuelta y penetré en la cueva que se encontraba a pocos pasos de mi. Ahí se encontraban los demás miembros de esta expedición. Cinco hombres más. Hombres cansados y agotados de tanta matanza inútil, salvo para saciar los sádicos deseos de un asqueroso monstruo desquiciado. Habían conseguido que ardieran unos pequeños arbustos que pudieron recoger en una cornisa cercana y el ambiente se relajó ante la presencia protectora del fuego. De unos pequeños recipientes habían extraído unos pequeños animales metamerizados y los estaban asando.
Bueno, comerían algo y luego dormirían tan sólo un poco, ya que quedaba poco tiempo para la superfase y el camino era aún muy largo. Por la cordillera se avanzaba despacio pero al llegar a la llanura todo sería más fácil y rápido pero a la vez también más peligroso.

Cuatro lapsos de sueño tuvieron que servir para reconfortar a los cansados viajeros ya que al término de las mismas se pusieron en marcha. Colocaron una sonda en la cornisa y se dispusieron a descender por la abrupta pared hasta alcanzar 250 mer más abajo el cauce de un río, por el que sin duda avanzarían más deprisa. Los hombres se encontraban a medio camino de bajada cuando sintieron el poderoso y aterrorizante silbido de un caza de reconocimiento del ejercito de Ojo de Necro. Este les localizó y acto seguido disparó unas cuantas veces alcanzando la cuerda de la que pendían. Sus cuerpos cayeron dándose contra la pared de la cornisa y destrozándose al contacto con el suelo, tapizándose este de una fina capa de carne y sangre.

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